Los pies cuentan con un amplio número de huesos, músculos y articulaciones que estabilizan el cuerpo humano y permiten el desplazamiento.
Es una máquina perfecta que no necesita un zapato que les obligue a caminar de cierta manera, no necesitamos suelas duras, rígidas, gruesas y mucho menos punteras estrechas que solo deforman nuestros dedos y provocan problemas como juanetes, dedos en garra, callos y en general sufrir cada vez que damos un paso.
El calzado barefoot nos proporciona el espacio y libertad necesarios para pisar 100% con la planta de nuestros pies, mejorando la circulación, corrigiendo nuestros dedos a su postura original y en general darnos esa sensación tan agradable que sentimos cuando caminamos descalzos.
Siempre que haya problemas previos es aconsejable acudir a un profesional del pie que esté actualizado.
Para los niños es importante que desde el inicio de su marcha les calcemos con zapatos respetuosos que les permitan el movimiento y correcto desarrollo de sus pies para que no tengan problemas en un futuro.
Invertir en unos buenos zapatos es invertir en calidad de vida para nuestra familia y para nosotros mismos.